Fermentación durante 12 días con remontado y delestage. Maceración controlada al final de la fermentación alcohólica.
Su llamativa intensidad de color precede al característico abanico aromático, fruto de la suma de variedades. Boca jugosa y estructurada; su sensación de consistencia recuerda a los vinos tradicionales de pueblos riojanos: pura viveza y energía. Fresco, vibrante, pletórico de fruta. Recuerdos suaves a especias, trufa y la presencia de sotobosque.
En recuerdo al vino tradicional de casa, se distingue por su frescura y carácter vibrante.
Un vino que ensalza lo cotidiano. Un vino ligado a un lugar y una memoria.
Se embotellaron 60.500 botellas de 0,75 l y 1.000 magnum (1,5 l).
